22 abr 2013

Carta de Mamá Gaia a sus hijos los Humanos


A mis desorientados hijos:

Me veo obligada a escribiros esta carta, ahora que ya no escucháis mi voz como lo hacíais antes.

Aunque confesáis que me queréis mucho, como dice la mayoría de vosotros, la verdad es que el daño que me estáis haciendo es tan grande que no puede prolongarse ni un minuto más.

Ahora decís que queréis curarme pero viendo como arregláis vuestras cosas, con guerras, bombas y muertes, mucho me temo que va a ser peor el remedio que la enfermedad.


Debéis saber que esos problemas que decís que yo tengo (agujero de ozono, efecto invernadero, cambio climático, deforestación, extinción de especies, desertificación,...) los habéis causado vosotros los hombres.

Queridos hijos, menos hipocresía y más sensatez, menos tonterías y más acción, porque si no es así saldréis perdiendo vosotros.

Todo esto que os cuento no es porque tenga miedo por mi vida, ya que yo he vivido miles de años y viviré muchos miles de años más. Por la vida que temo es por la vuestra, y por la de vuestros hijos y por la de los hijos de vuestros hijos.

Si continuáis ensuciando mi piel, contaminando mi sangre, cortando mis plantas y matando a mis hijos, llegará un momento en que no podréis comer porque no quedará nada para alimentaros, no podréis beber porque no quedará agua limpia, y os ahogareis porque no quedará ni un poquito de aire limpio en la atmósfera, y entonces tendré que llorar una vez más, como tantas otras veces, cada vez que una especie, animal o vegetal, ha desaparecido. Pero esta vez, esa especie seréis vosotros, los humanos.

Pues bien, hijitos, esta es mi primera y última carta, bastante lío tengo con las sequías y las erupciones volcánicas como para volver a escribiros.

Haced caso a lo que os he dicho, si no queréis pifiarla.

Si la vida es un juego, jugad a compartir, a gastar menos, a no derrochar los recursos naturales, actitudes que dañan al que las practica.

Si la vida es un sueño, soñad que todos empiezan a actuar y respetar a la naturaleza y al prójimo.

Como veis, es muy fácil.

Recibid el cariño de esta vuestra vieja madre, que os quiere a pesar de todo.

Adaptada por
Enrique Castillo (Quique)


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